jueves, 20 de septiembre de 2012

Ni Sol Ni Mañana

                                      


Las heridas más dolorosas no son las más profundas sino las que más sangran. Aquellas que cobran vida en la mente y en el corazón. 

Las peores heridas son las que provocan tanto dolor como resignación definitiva; las que nunca cicatrizan y manchan de amargura la vida.

Las peores de las heridas son las que al final, contagian esa enfermedad enemiga de las ganas más terrible que el dolor: indiferencia.

Mundo de circo... De gente mal herida.

Asesinada en silencio. Lanzada al precipicio de lamentaciones tengo la esperanza, créanme colegas; Carpe Diem, que no tenemos remedio mundo.


Allá, esos que mueren cual gotas que acaban de caer la tarde de ayer, habían murmurado "la comunidad internacional, nos ha dado la espalda". Que sepan que sí, pero a nosotros mismos primero.

Esta generación que crece y llega tarde. De calles incendiadas, de niños sin primavera ni etapas y futuro sin verso. Llamas en Libia. 

Siria, Nigeria, Yemen... Palestina, nos sangran cerca y a lo lejos.

Esta generación que se pierde su tren; sin ciudad, ni tiempo. Que ve caerse los muros de su pueblo, sus esquinas asilo de niños... del mañana.

Esta generación, la de los ojos más hermosos y a la que el tiempo sin remedio, le incumplirá sus promesas; que lo sepan ya, que éste intento de ser futuro es un fracaso.


viernes, 10 de agosto de 2012

Cuando se ondea el Adiós


La colina se ve desde esta esquina,

Aparece casi como una sombra, gris y ahumada. La silla me mese en silencio. 

El viento me canta.

Las nubes aveces duelen en mi pecho cuando me confunden, el sol me entristece cuando lo comparo con esta nieve tan gruesa.


Ya no mas versos, ni poesías, no más espera ni deseos, se agotaron de sostener el vilo sola.


El candado de la fantasía se quiebra, la felicidad fue fugaz y fantástica. Y en este mundo real el tiempo es luz.


Ya no.


No fue sólo un capítulo. Por eso se cierran junto con cada pagina todo este libro de vida que se asfixia.





















Mar 11 2012

viernes, 3 de agosto de 2012

"Feliz Simplemente..."


Tulipán Acústico. Así le llamo a ese hombre que celo su nombre. Sí, así me pasa -como al Dorian de Wilde- con revelar o decir el nombre, siempre que amo, amo, amo algo. 

Supongo que es mi instinto de protección, de proteger algo que me da a la locura.

Aun lo celo, aunque les comparta estas malditas letras, no pude evitarlo. Les hubiera colocado el video, pero es que no hallé la versión que me gusta y me parte.

¿Será la melodía? ¿Será su voz? ¿Serán los versos? Ya no lo sé, no me importa; sólo sé que escucharla me eriza la vida. Maldita canción. 

La letra y melodía son de Serrano

No reconozco a ese tipo que mira asustado 
desde el espejo de las escaleras mecánicas.
Allá donde todos miran buscando, qué se yo,
tal vez una sumergida Atlántida, o un 
mechón rebelde, algo perdido entre los 
recuerdos o los dientes.

Será simplemente que no estás a mi lado.

Salgo a la calle después de comprar viejos 
discos que me recuerden, como no, a ti.

La distancia y el amor tienen esa costumbre
de mezclar el placer con las ganas de sufrir.

Salgo a la calle y enciendo un cigarro
-no pude dejarlo, ya sabes-
pensando que tal vez el humo se ha de 
llevar mis plegarias hasta ti.

Ya ves que la vida tiene el mal gusto de 
seguir su curso sin contar conmigo.

Todo parece un decorado triste y obsceno
porque no estás tú.

Ya ves que el mundo no tiene la delicadeza
de pedir perdón por echarnos a un lado
de malas maneras para seguir su camino.

Todo parece un teatro mal interpretado,
amarillo, cuarteado, porque no estás tú,
porque no están todas las noches de marzo
que yo te he robado nadando en un tu ropa,
todos lo demonios buenos,
todos los deseos naciendo en tu boca.

Luchando con las arañas grises del olvido
como el hombre menguante en un inmenso 
Madrid, busco mi coche perdido. 
Lo encuentro hundiéndosecomo el vapor 
que abandonó lord Jim.

Y por casualidad paso por la calle que te 
vio llorar.Trampas tiene la ciudad y ¿quién 
quiere escapar?

Llego a mi casa cansado, vencido y Penélope 
-es lista- esta vez tampoco me esperó. 
Pongo la tele; pongo la colada y nada me 
hace escapar de tu recuerdo, del dolor.


Siento que muero y fuera en la calle ni París 
ni aguaceros. Será el invierno, la gripe, el 
momentoo que no estás a mi lado.


Pero, aunque la vida tenga el mal gusto 
de seguir su curso sin contar contigo, yo se 
que un día será soleado y tranquilo porque 
estarás tú.

Aunque el planeta no tenga la delicadeza 
de pedir perdón por echarnos a un lado de 
malas maneras para seguir su camino, yo sé 
que un día todo será diferente, feliz 
simplemente, porque estarás tú, porque 
estarán todas las noches de marzo que yo te 
he robado frente a tu portal, todas las 
nuevas promesas que escriben la senda a 
Nunca Jamás,todos los sueños y el tacto leve 
de tus manos buscando en mi ropa, todos los 
demonios buenos, todos los deseos naciendo 
en tu boca.


viernes, 27 de julio de 2012

Patetismo



No es que aprendamos de lo que le pasa a alguien. El aprendizaje consiste en seleccionar, cortar y pegar ciertos contenidos en alguna parte de nuestra memoria. Digamos que cuando vemos sucederle algo penoso en la vida ajena, lo que ocurre es que queremos que eso no nos pase a nosotros; que no es aprendizaje, pero también sirve.

Aveces la crueldad se interpreta como una manera de ser franca. Eso, que me digan cruel y no miedo a decir lo que pienso, me deja estas teclas para decirle a una amiga lo que me haría parecer talvez odiosa y cruel.

Realmente decirle a alguien:
Me voy porque no muestra interés o porque no hace como nosotros gustamos que haga; es totalmente un intento, una estrategia, un recurso más que utilizamos para provocar una reacción en esa otra persona.

Es una manera de controlar o manipular al otro. 


Si en verdad nos queremos ir; si de verdad hay una intención real de abandonar la relación, no hay por qué hacer un drama, ni dar más explicaciones de las necesarias.

Basta con poner distancia (si de verdad eso queremos) y el otro captará el mensaje de inmediato.

O sí, decirlo: Me voy, te dejo, terminamos. Pero no para tragarse esas palabras volviendo a estar a su lado, una vez el otro reaccione a nuestro chantaje de "querer irnos". 

Aunque por experiencia propia sé, la verdad que aveces no hay cómo hacerle al cuerpo para que acepte un no. Muchas fueron las mañanas que el espacio vacío en medio de mis senos me gritaba un nombre. Ropas ni días bastaron.

Pero lo que quiero decir es que si "amamos" y si amamos de verdad a alguien debemos cuál efecto anaconda; no resistirnos, dejar las cosas fluir, promover el cambio con aprobación, y muestras de afecto. El cambio es posible pero como efecto de una decisión voluntaria. Si ni así inevitablemente no cambia, abandone. Sólo si está seguro de estar mejor así: sin él o sin ella y si no hará después a la otra persona culpable de su soledad o desventura.

Tenga la madurez suficiente de dejar ir a un hombre que usted no ha podido hacer feliz. Tenga la cordura necesaria para entender que esa persona no le proporciona felicidad y si definitivamente no está dispuesta/o a aceptar esa relación en ese estado, deje de ser masoquista.

jueves, 31 de mayo de 2012

"Opio en las Nubes"

Se me ha hecho difícil 
la tarea de escoger solo capítulo, pero si es uno 
ha y tiene que ser el nueve....


Capitulo No. 9 de "Opio en las Nubes"

No sé cómo empezar. Te conocí en el Opium Streap Tease y me dijiste que te llamabas Harlem y también me dijiste que te gustaba el whisky, las mañanas de sol y tantas otras cosas de las que no me acuerdo. Yo te dije que me llamaba Gary, Gary Gilmour y que acababa de morir en la silla eléctrica y no me creíste. Pensaste que estaba loco, que tal vez había bebido demasiado y te fuiste a la pista a sacarte tus ropas, a regar un poco de sudor aquí y allá mientras tocaban Boys Don’t Cry y yo pedí una cerveza y te vi allí desde la barra y me pareció que olías un poco a Boys Don’t Cry, un poco a mañana de miércoles y no parabas de mover tus muslos, tus ojos, tal vez mirabas hacia arriba, hacia esas luces que olían a tomate, tal vez buscabas a Dios en la mitad de aquellas luces amarillas y rojas que daban vuelta encima de tu cabeza, de tus sueños de manzanas podridas y cuando se acabó Boys Don’t Cry volviste hacia mí y nos pusimos a hablar, hablamos de todo, creo que hablé de tus cigarrillos y te pedí que me dejaras pasar la noche contigo pero tu me dijiste que qué va, que no era posible y me dieron ganas de escribir tu nombre en el cielo, cerca de las nubes, ganas de escribir tu nombre con whisky, con vodka, con cerveza, con pequeños gritos, con sudores, con orines. 

Después te fuiste de mesa en mesa y te pusiste a repartir besos y claveles rojos a todos esos hombres que tenían mirada de pepino cansado y que te decían con sus miradas y desde el fondo de sus vestidos chillones que tú Harlem eras la mujer, que Harlem era esa noche llena de canciones confusas y rotas, Harlem era tener esos labios rojos que decían palabras de amor, Harlem esa no ir a trabajar al otro día, Harlem era tener ese olor a yegua cerca de los vasos de licor, Harlem era Boys Don’t Cry a las doce de la noche, Harlem era noche de lluvia mientras daban en la radio el reporte del tiempo, Harlem era no saber si era sábado o domingo o viernes o martes o cualquier día, Harlem era quedarse mirando tus ojos en medio de aquellas luces, tus nalguitas, tus téticas perfectas, Harlem eran tus manos llenas de lluvia, tus dientes llenos de palabras secretas, Harlem era decir quiero hacer el amor contigo sobre una colina sembrada de tomates rojos en una mañana de verano, Harlem era tu pelo salpicado de sudor y luces de colores, Harlem era mi camisa de recluso y en el bolsillo unos cigarrillos sin filtro, Harlem era fumar al lado tuyo y dejar que el humo azul impregnara tus labios asesinos, esos labios rojos, Harlem era coger una jeringa y llenarla con un poco de tus babas, con un poco de tu olor e inyectársela en la cabeza, Harlem era asaltar un banco o un tren en nombre tuyo y dejar escrito tu nombre, ese nombre, en las paredes, en los rieles, en el aire, en la hierba, Harlem era ir a vomitar al baño todo el whisky y pensar en ti, Harlem era escribir tu nombre con la lluvia, Harlem era ensopar un auto en gasolina y whisky y prenderle fuego, Harlem era tener una erección sin remordimiento en la mitad de aquel bar que olía a opio, a cerveza y a soledad concentrada, Harlem eras tú caminando entre las mesas regalando un poco de tu nombre un poco de tu olor aquí y allá, Harlem eran tus manos llenas de vasos, llenas de monedas, llenas de sueñitos, de palabritas roticas, Harlem era saber que más de media noche y que afuera llovía y hacía calor, Harlem era el sabor de tu boca, ese sabor a carretera, Harlem era el olor de la electricidad, de los voltios, Harlem era soñar contigo en una playa llena de niños, arena y barcos, Harlem era un domingo contigo en la playa, Harlem era cogerte y lamerte todo tu nombre, todo tu cuerpo, toda tu soledad.


Desde que te vi quede envenenado, Harlem. Eres como esa canción, Wild Thing, de Hendrix. Tenias la misma lógica de la heroína, me produjiste el mismo efecto porque te vi y me dieron ganas de inyectar tu nombre en mis venas me dieron ganas de ir al baño del Opium y mirarme frente al espejo y decir mierda You make my heart sing wild thing, me dieron ganas de escribir tu nombre con sangre en el fondo de mi vaso de cerveza, ganas de que me cortaras la venas con tus labios rojos mientras te tocaba las tetas. Ganas de desangrarme entre tus piernas mientras me hablabas de ir a la playa.
Después te esperé en la puerta del Opium Streap Tease. Eran las tres de la mañana y la noche olía a gasolina. El cielo estaba plagado de estrellas y por la carretera pasaban los autos llenos de ruidos y canciones. Caminamos un rato por la carretera sin saber a dónde ir. Simplemente íbamos y te cogí el brazo y te dije que me acompañaras a Zimbawe a una pradera llena de cebras blancas y negras y me respondiste que no, que no sabías nada de animales, que tenias suficiente con los animales que iban al Opium, que más bien nos fuéramos a dormir, que tenias sueño, me pediste que te contara un poco de mi vida y entonces te dije que había estado ocho años en prisión, que mis dos únicos amigos eran Max y un árbol que había en la prisión, que mis dos únicos amigos eran Max y un árbol que había en la prisión y te pareció gracioso, insólito. 

Tú me respondiste que nunca habías tenido amigos árboles, entonces encendimos un cigarrillo y nos sentamos en el borde de la carretera y te conté que para tener un amigo urapán, por ejemplo, había que acercarse y hablarle en las mañanas y orinar en su tronco en las noches, un poco como los perros y sobre todo hablarle, eso, hablarle al árbol, al urapán y decirle oye amigo urapán, aquí estoy yo, allá estás tú, oye amigo urapán me voy a fumar un cigarrillo bajo tu sombra, bajo tu olor a silencio, bajo ese olor a viernes y a jueves que siempre tienes y tal vez voy a soñar un poco, voy a soñar que soy un boxeador y que riego un poco de sangre en el ring, voy a soñar que me tomo un whisky en una mañana de domingo soleada tal vez voy a leer un libro, un poema, dos poemas tristes, tres poemas tristes, cuatro poemas tristes, llenos de ballenas, cinco poemas tristes que empiezan diciendo un viento salvaje recorre mi corazón, un viento salvaje me arranca de ti. Te reíste Harlem y dijiste que estaba loco, chiflado, que tenia pura mierda en la cabeza. Yo te respondí que en la prisión tenía la cabeza llena de whisky con sol, con alambre de púas y desde que te había visto tenía la cabeza llena de olas de heroína, que estaba envenenado, alucinado por tu nombre, por tu manera de cogerte el pelo, por tu forma de decir ahora no Gary, tócame después de que pase ese auto y me pediste que siguiera con el cuento de la ciencia de tener amigos árboles y te dije claro, pero antes te pedí que me dejaras ver en medio de ese océano de heroína de tu nombre, cosa salvaje, Wild Thing, you make me feel like a wild thing y entonces seguí con mi rollo.

Una vez que se le ha hablado al urapán hay que escuchar sus silencios, sus susurros, pues él te dice muchas cosas, él siempre está ahí, es testigo de los amaneceres, eso es lo más importante y sobre todo es testigo del paso de los días. Pero lo más importante de todo es que se puede dormir bajo sus ramas y sueñas cosas que nunca sueñas en otra parte. Es algo increíble los sueños de todos los hombres, conoces a todas las mujeres, conoces a todos los aeropuertos, todos los cielos, todos los mares, todos los bares. Te dije que solamente había que cerrar los ojos y pensar en aquellas hojas mecidas por el viento, por la noche, y entonces llegaban hasta ti todas las mujeres que hubieras querido conocer, mujeres que llegaban hasta tus sueños y te daban un beso en la frente, en las manos mientras en tus sueños llovía. Luego te ibas con esas mujeres a un bar y hablabas de las puertas, de los parques y en tu sueño seguía lloviendo. 

Eran mujeres que llegaban hasta tus sueños y se sentaban junto a ti con las manos sobre las rodillas y te miraban por entre la lluvia, por entre las hojas del árbol y te decían que no lloraras, que metieras tu mano entre su cabello, entre sus téticas calientes, entre su boca y luego esas mujeres te llevaban a algún parque donde había muchos árboles y te los presentaban. Eran árboles que tenían nombres, árboles que se llamaban un poco como los leones, un poco como las mujeres, un poco como los silencios, un poco como la lluvia, árboles que se llamaban Marruecos, Lenguadentro, Brooklyn, Corazón de Perro, Castillo Amarillo, árboles que sabían a ojos claros, a lluvia con hojas secas y entonces después me dijiste que ya tenias sueño y nos quedamos dormidos al borde de la carretera. Al otro día cuando el sol salió nos despertamos y fuimos al mar y nos limpiamos la cara. El día olía a opio y también un poco a ti, a Harlem, a labios rojos, a hielo con whisky. Hacia las diez de la mañana me dijiste nene hasta aquí llegó todo me voy y yo te dije está bien, siempre es así no hay nada que hacer. También te dije que cada vez que tuvieras un sueño con lluvia era porque yo estaba debajo de un urapán soñando contigo, con tu olor a opio, a hielo, a noche y me dijiste está bien nene eso pensaré y entonces te fuiste caminando por la playa y yo me quedé sentado viendo el mar, ese mar triste lleno de heroína, cosa salvaje y deseé con toda el alma estar Zimbawe. Cuando ya te habías perdido bajo la luz creo que pasó un avión de propulsión a chorro y me pareció que ese avión escribía tu nombre con gasolina en las nubes. Eran las nueve de la mañana y ese avión escribió Harlem sobre el cielos azul. Cosa salvaje.

Y me dieron ganas de ser nube, ganas de estar allá arriba en ese cielo azul con los ojos cerrados pensando en ti, en tu forma de decir mi nombre, en tu forma decir oye Gary ven a mi lado y me cuentas más cuentos de tus amigos los árboles, ganas de estar en esas nubes y oler el olor de tus senos, el olor de tus zapatos, el olor a lluvia de tus ojos, ganas de estar con una botella de whisky para siempre en el nombre, en tu nombre Harlem escrito por ese avión y marearme en cada una de las letras de tu nombre, H, A, R, L, E, M, y quedarme ahí entre las nubes y tener tu imagen, ser tu imagen, ser el olor de tus calzones, ser el olor de tus licores, ser tu forma de caminar, ser tu forma de mover los brazos, ser tus sueños llenos de lluvia. (...)




Rafael Chaparro Madiedo

lunes, 7 de mayo de 2012

Para escuchar llover




Llevo el alma a lloviznas, he dejado 
pedazos en todos mis pasos.

Tantas, tantas cosas por escribir, 
porque nos falta tanto por amar, por besar
tanta piel por arder, tanta pasión 
por quemarnos.

Trataré de edificar una casa pero también una más grande dentro de mí. Una nueva casa. 


En donde quien viva conmigo 
también vivirá en mí.

En donde diré lo que pienso 
aun más desnuda. 

Para pensar en heridas que tendrán 
que cicatrizar despacio; pero 
con la marca fresca de un presente 
que no ya no me reseque 
las mañanas. 

Una casa para pensar en un 
pasado intenso en Oriente; 
en este presente gris -tan incierto-. 

Y porqué no, para el desafío de soñar 
con un futuro; un espacio en blanco 
para llenar... quizá. 
Rincones deshabitados donde
resusitar caricias. Y talvez, deje
de olvidar las llaves.

Planeo estrenar mi casa 
lo más pronto que pueda. 
Allá donde quiero encontrarme 
y encontrarte. 

Para escuchar llover dentro de ella y 
que afuera con cada gota en el mundo... 
Tú te mojes conmigo.

jueves, 19 de abril de 2012

El papeletazo electoral

A los entusiastas primeramente, 
a los que han desertado,
a los ilustres hermanos;
y por último,
a los rebeldes: 

A pesar los muchos años por vivir y a pesar de que aparentemente, sombras más oscuras habían entablillado nuestro pasado político, nunca antes había podido palpar en el relato de la historia; una trayectoria política más funesta que ésta que estamos viviendo.

La indolencia; la ausencia de participación; el mal de adormecerse ante este claustro de orfandad política; que los y las dominicanas hayamos llegado a acostumbrarnos a este escenario poco confortable... Me desconcierta aun más que todos los titulares de corrupción de los últimos 6 años.

Nos encontramos a pocos días de las elecciones presidenciales, unas elecciones presidenciales cuya campaña electoral se ha basado en un debate infame, pobre, fatídico y de denuncias de corrupción ante un ministerio público ausente, lento, interesado y sordo.

En éstas campañas presidenciales se puede notificar un destello de la verdadera realidad política dominicana.

Cada vez que nos pasaba una caravana o un bandereo ridículo; también vimos cómo pasa y vaciaban la campaña de contenido. Que furibundos e indignados ciudadanos resuelven aliándose “al más fuerte”… para sobrevivir. Que los principios como las hortensias cambian de color, según el fajo. Y que el desamparo... es colectivo.  En estas campañas presidenciales con cada bandereo, también vimos que ser parte de él; implicaba silenciosamente, reconocer que el compromiso es "ajeno". 

Que no hay “protección ciudadana”, ni “protección al consumidor”; que nos defienda de la hipocresía política, que se nos vende.

Pero nos guste o no, ahora o quizás más tarde, cada cual; peledeísta o perredeísta, tendrá como ciudadano, así le afecte directa o indirectamente; reparar en los peligros de este periodo político que constituye una caída y golpes a este proyecto, que algún día llegará a ser una nación independiente llamada República Dominicana.

Querramos o no, la arrabalización del poder y la fuerza con la que se está haciendo delante de nuestros ojos nos llevará finalmente a sufrir las consecuencias, en especial al ciudadano común. 

Destituida la tiranía y el caudillismo, nuevas formas “modernas”, talvez inadvertidas; nos llegan a todos nuestros hogares.

El señor Fernandez fue un presidente experto en propiciar el venenoso complejo de inferioridad por medio de cada de una de sus obras para que cuando se crea que se haya avanzado entonces se nos provea también en el mismo acto, razones de que persista el complejo de Guacanagarix.

Las palabras no son inocentes. Ni tan poco las intenciones. El resultado de este efecto es que como nación nos acostumbremos y lleguemos a sentirnos cómodos comparándonos con otros países; a recibir abuso y siguiente acto, lamentarnos de aquí nada es eficiente, de que “ésto no es un país” y por eso debemos levantar elevados, parques, infraestructuras modernas y hasta playas artificiales si así sea para compensar el empobrecimiento educativo que es nuestro principal padecimiento.

Todo resulta a la perfección para que se den las condiciones políticas de que toleremos un tercer periodo consecutivo del mismo partido, pero el número; señoras y señores no importa, sin darnos cuenta que su mera repetición sea de quien sea es un atentado a la democracia, a nosotros y por lo tanto al país. 

El dominicano, acostumbrado a no valer nada para sus presidentes, cuya nacionalidad se ve maltratada por sus dirigentes y ministros, tolerará fácilmente el abuso, porque se ve, se siente y se sabe sin opciones e invariablemente y de manera voluntaria ha de permitirse una dictadura “legal” a costa de sus derechos y de una esperanza que huyó en el botín que se llena de sus bolsillos, vaciándole al mismo tiempo de recursos para pensar, racionalizar y de fe para luchar.

Lo verdaderamente importante de nuestro pasado político es que además de paciente, el dominicano ha tenido que aprender como un niño abandonado por sus padres, a “buscársela solo.” Los latigazos que de impunidad que hemos visto que otros padecen, igualmente nos han hecho aprender a ser hombres y mujeres fuertes.

Pero por eso, me pregunto… en medio nuestro ambiente de “democracia” y "justicia" ¿es el voto un acto de fortaleza, o de debilidad?

Votar por candidatos que aunque se pronuncian “temerosos de la justicia divina” bien podrían encenderles una vela al diablo y otra a Dios, con tal de triunfar. 

En estas elecciones, el efecto de nuestro voto no será otro que propiciar la venida de un presidente, que en vez de gobernar; nos subyugará y nos oprimirá. Becaremos, una vez más, a un gobierno legalista. Y un estado clientelista.

Votar no expropiará a los tutumpotes dominicanos.

Votar no causará que ahoguen un por ciento de las ganancias de los especuladores de la economía. Habría entonces que empezar por el Sr. Fernández.

Si votar “constituye la democracia” ¿Por qué los gobernantes por los que votamos, no destituyen los monopolios de oro?

¿Votar es plantarle la cara a la fuerza de los victimarios del pueblo o es ir a poner la otra mejilla?

Me temo que como antes ya he escrito, la costumbre es una malvada y el masoquismo un defecto de los buenos.

¿Es el voto un acto de justicia contra el estado o es ir a restituir el uso y abuso del sistema que nos rige y nos privatiza de un estado equitativo?

Por olvidar la historia, por olvidarlo todo… nos olvidamos de la moral de la revolución que nos dio ésta libertad que le alquilamos a un partido cada cuatro años.

Votar es firmar la carta expedita al capitalismo. Autorizar la intromisión del poder del partido que sea, en nuestras cuentas y para nada a la inversa.

¿Votar es democrático o es dejar que el pueblo borrego, escoja a quién va a someterse por el siguiente periodo?

En la antigua Grecia, democracia era realizar una votación en la que; cada cierto tiempo, en un pedazo de cerámica se escribía el nombre del ciudadano que peor les caía, el menos grato y aquella persona que obtenía más votos, debía sin más, ser desterrada de Atenas.

Pero para que el pueblo tenga al menos la palabra, hace falta que se la tomen. ¿Cree usted que se toma su palabra con el voto?

El poder es incompatible con la imparcialidad y la justicia. Y vivimos en un país concentrado de divisiones, incapaz de ser unánimes y de unir su voz en una sola postura. Con una izquierda desorganizada, indecisa y desorientada. 

Partido de la... ¿Revolución Dominicana? La revolución es un pensamiento altruista una acción que causa dolor y se regenera y justifica así misma en su propósito de libertad. Gobierno y revolución son dos cosas incompatibles, a no ser que se pueda querer mantener a sus representantes en un estado permanente de revuelta contra sí mismo. De hecho… este el cuadro de ésta estructura política.

Partido de la…. ¿Liberación Dominicana? ¿Será posible?
Habría de llamarse Liberalismo Nouveau. Donde la libertad se disfraza, sustituyendo al personaje de la misma tiranía. Entusiasmando a un pueblo que se olvida que lo que venga de ésto con el tiempo superará al maestro y será peor.

Balaguer, sin duda estaría orgulloso.

Gracias a esa mayoría que con el voto dice manifestarse a favor de la figura del representante de un partido, nos guste o no, eso incluye también pronunciarse a favor de su modus operandi y su personalidad. La misma con la cual después de votar el ciudadano no quiere que se le compare.

Pero si precisamente la relación con el líder debe ser la de identificación.

¿De qué sirve entonces el voto democrático si con el es también necesario la separación de la personalidad y de la afinidad del candidato? No está lejos de ser un absurdo.

La urna electoral, representa la anulación de la personalidad propia. Pero la pregunta es, si continuaremos abdicando cada cuatro años nuestra soberanía a esos cuantos que hacen de la politiquería su deporte.

La pregunta es, si continuaremos indiferentes ante un sistema cacique e inmoral, basado en un idilio de democracia usurpada; que a usted a mí nos llaman a mantener con nuestro voto mientras nos hacen creer que con esto se le hecha “agua bendita” a la corrupción.

Para eso son las promesas de campaña.

A sabiendas de que toda “bendición” y toda justicia no son posibles, señoras y señores.

¿Cómo se nos paga que nos abandonemos a la voluntad de un candidato, que sometamos y entreguemos nuestros derechos a unos que dicen que son pero que no sabemos a quiénes?

Con el papeletazo electoral o el voto. Pago que tomamos, humildemente.

Todo dominicano que sea celoso de su dignidad debería plantearse elegir el camino contrario a una urna electoral. Tal como cada hombre y mujer sensatos, se aleja de todo aquello que los denigre sea un partido o sea una situación o ambas en este caso.

No se concibe cómo otros conciben si quiera la posibilidad de ir a depositar en la urna un papel con crucigramas, ganchos para los menos afortunados intelectualmente; que al final nos asaltará de nuestro derecho fundamental de aprender, educarnos y ser sanos.

Me dirán después si habrá ley, ni votos, ni diputados que puedan impedir esta subordinación y explotación de la clase trabajadora, se vaya Leonel Fernández o vuelva Hipólito Mejía, Abinader, Vargas, Medina o quien fuere.

El estado dominicano es todo lo contrario a trabajo digno y fecundo y a la seguridad…

¿Será que el hecho de que propiciemos un cambio de gobierno exterminará estas realidades?

Cada que vez que un ciudadano vota, rectifica que se siga en este informe mecanismo de gobernación de un estado que, sólo es necesario para la desigualdad social en que vivimos.

La pregunta es ¿Vamos a seguir manteniendo nuevas forma de yugo-político?

¿Seguiremos apoyando el sistema de corrupción y sus nuevas formas de dictadura?

¿Seguiremos apoyando su irresponsabilidad?

Si el papeletazo electoral cambiara algo, ya estaría censurado.

El papeletazo electoral es el virreinato del capitalismo. El irse a depositar en una urna la ralladura de la cara de un candidato para elegirlo como amo nunca jamás ha servido, ni creo que sirva, para independizar económicamente a la clase trabajadora.

Aquí no se ha celebrado nunca una elección libre. Aquí se conmemora temporada de caza de votos. Donde cada decisión es sugerida, seducida, forzada y comprada; para que después el ciudadano pueda querer decir que el voto es un “deber”.

"Queremos mostrar al pueblo el papel indigno que desempeña hoy día el hombre. Deseamos demostrar al obrero que ni siquiera gana lo suficiente para pagar las tablas de su féretro, no obstante su trabajo rudo y amargo. Queremos enseñarle que el lujo de las clases dominantes, sus ejércitos, sus palacios, su riqueza, no son más que un despojo al pueblo. Queremos demostrarle cómo otros le quitan el fruto de su trabajo, cómo la explotación, el robo y el crimen constituyen la base de la sociedad; en una palabra, queremos mostrar al pueblo como nuestra sociedad está podrida hasta sus raíces más hondas".

Guillermo Marr



La democracia es el poder de la mayoría.

¿Cree usted que participa o es tomado en cuenta en la politiquería más allá que ese sobre que raya?

El papeletazo electoral es ese recurso que le empoderan a usar, amparado en una “democracia” que, empobrecerá gracias al mismo ejercicio de votar a la mayoría de los electores, dígase a los más pobres.

Votar es elegir entre una oferta de candidatos desiguales... ¿Se siente usted representado, y por tanto, se siente que tiene de dónde escoger?

Barrett decía: “Se parecen tanto unos a otros los partidos, que la única manera de distinguirlos es ponerles un color.”

Votar es democracia, pero el alquiler de la democracia. Y no se ganará en las urnas, lo perdido en las calles, ni se ganará con el voto ningún futuro. Ni antes, ni ahora.

¿A dónde se han ido las ideas de los dominicanos y las dominicanas?

¿Por qué guardan silencio?

¿Por qué van y hace un voto silencioso, mudo y estéril a la perpetración de la hierba mala?

¿A dónde se ha ido nuestra identidad y la moral de la Quisqueya que todos como zombies van a una urna a elegir entre el partido nefasto o un partido penoso?

¿Por qué la depravación y la perversidad del poder puede cantarse por la repetición de otro periodo y le dejamos subir de nuevo?

¿Dónde está ese otro partido que no se preparó ni supo poder hacer un frente digo de respeto y oposición?

¿Por qué dominicanos y dominicanas renunciamos al aprendizaje?

Si escogemos la libertad: Absténgase de formar parte de asociaciones que atinan contra la honorabilidad de los padres que dieron lugar a las ideas y propósitos de sus organizaciones sin avergonzarse de ello.

La abstinencia de El Salvador superó el 60% del total de los ciudadanos con derecho a voto en la elecciones Marzo 2012, ésto refleja que la abstención al voto fue muy elevada y también la firmeza ante su elección de rechazo al sistema político salvadoreño.

Pero ¿cuáles son nuestras ideas de política?

¿Continuar entre el PLD y PRD?

¿Aspiramos a seguir siendo este país anti-cultural en que nuestros jóvenes crecen?

¿Será que votamos, porque los dominicanos y dominicanas nos estamos convirtiendo en ciudadanos que van pareciéndose a sus políticos, y por eso, les elegimos?

El país no está merced de los políticos corruptos, más de lo que está a merced de las ideas y costumbres de sus hombres y mujeres.

El país no está a merced de un grupo pequeño ni de un grupo grande, el país está a merced de un grupo que se atreva. De unos que cambien el papeletazo por dignidad y no entinten su dedo al parangón.

martes, 6 de marzo de 2012

Hacia Abajo Miramos El Cielo


A lo largo de todo cuanto mi mente puede recordar han sido tediosamente repetitivas las veces que he escuchado, leído; de los labios de tantas clase de personas diferentes; en tantos lugares, expresiones como: “que deben de ir en busca de su destino”, que “lo que soy o lo que estoy destinada a ser y tener...”, que “todo está escrito”, que “así es como estaba destinado a ser o a suceder”…

Incluso ahora mientras grabo cada una de estas letras, hay una lucha para asentarlas. 

Los pensamientos intervienen, la fatiga, los recuerdos, el ruido, los deseos… Todos irrumpen este instante buscando asaltarlo y estafar su espacio.

He notado que la palabra destino, se utiliza frecuentemente para sancionar desgracias: si alguien muere inesperadamente, si alguien sólo alcanzó a servir de puente para cualquier otro par de pies más firmes, si una madre no logra salvarse a ella excepto su criatura, si alguien tiene un accidente que lo marca para toda la vida… o para cosas que no son desgracias pero sí infinitamente dulces para el ser humano; la casa de sus sueños cerca de aquella colina de aquel privilegiado vecindario, el matrimonio perfecto, donde ese hombre junto con esa mujer estaban “destinados” a ser felices para siempre, porque estaba escrito que iban a conocerse.

No he hayado vacuna, ni cura para la infección letal de la perdida de memoria, para los costumbristas, fundadores de la rebeldía por forzar al mundo a imponer la costumbre inerte a la lógica primitiva. Ni para los de latido y espíritu lisiado de conformismo o mediocridad que es casi lo mismo.

Hay personas, brillantes, disciplinadas, tenaces, despiertas, que le huyen a los accidentes del "azar", que bautizan las grandes hazañas con una voluntad firme, desafiante y decidida. Hay personas que piensan, tanto como vacilan, y se quedan vacilando con el tiempo, esperando espectáculos del Cielo, sueños, avisaciones, apoyo, o confirmación. También hay personas simples. Con mentes muy simples, fáciles de descifrar y tan difíciles de tratar; son las personas llenas de complejos e inseguridades, no importa el tamaño de su auto o vehículo, se creen mayores que los demás y esa es su peor falla. Traducen su progreso, su felicidad, su bienestar hasta donde haya podido llegar el de otros. Y por general, o pierden o no ganan más porque toman como sumamente sabio su propio consejo... Y están, de todas; las personas más comunes y tristes. Esas que vinieron a tener dos ojos y una boca. Y a ver para creer y escuchar para repetir. Y a dejarles la vereda empinada y cruel que lleva a la gloria a los que ellos señalan y a los que contaminan de ego con sus lisonjas. 

Para sentirse mejor respecto de lo que no son, le llamaran  destinados  y, para justificar su dependencia y su derecho de mendigar o de pedir o de depender de aquellos a los que la vida, la naturaleza o Dios tan generosamente" les ha dado "tanto .

Prefiero olvidar el número, pero no olvidar las tantísimas veces que reinados no se les ha sido arrebatado a los Hijos de los Reyes. 

Las veces que "plebeyas" han sido escogidas por encima de las hijas de la realeza.

Las veces que hijos de gansgters han incursiando en una escuela universitaria olvidándose de su pasado oscuro y somos nosotros quienes le crucificámos diciéndoles muchas veces que su destino es continuar con el pasado de sus progenitores.

La repitición de historias de trabajadoras domésticas, camareras, bailarinas, etc. que han vencido su  destino. Miremos a Samson él estaba "destinado" a morir como un héroe pero perdió la razón. 

Cuántas veces no ha dicho el mismo Dios al ver cómo habían hecho los hombres; que su plan perfecto, ya no seria más. 

Si el libre albedrío es una verdad bíblica también es una verdad total que se opone a ella totalmente: el creer en el destino.

…¿Que todo está escrito? Absolutamente.

Pero nadie puede escribir letras del tiempo que no ha transcurrido. El día de ayer está escrito. Todo cuanto se dejó de hacer antes de ayer permanecerá escrito… ¿El resto? No hay resto.

Éste es el presente; y tú y yo le estamos dictando al que escribe. Él nos dicta las condiciones del viento, la puesta del sol y la luna; y las fases de la Tierra. El tiempo de sequía y de primavera. El límite del tiempo, los confines del espacio. Las condiciones favorables de lluvia. El eje de las oportunidades, la intensidad de la oposición. Lo oscuro de las adversidades y la conveniencia de cada ocasión.

El futuro coexiste sólo hasta donde llegan las consecuencias de nuestras acciones. El eco de éstas pueden traspasar años y años de vida. Y claro que, los prejuicios al respecto son válidos, aunque siguen siendo prejuicios que vienen del pasado; y no del futuro. Esto no significa que al momento de encontrarnos con esos años ese haya tenido que ser “el destino”. A menos que destino se refiera a los efectos positivos o negativos que deparen con el tiempo, nuestras propias decisiones a nuestras vidas.

Si el destino realmente fuera verdadero y real, si hubiese una ley de suma correspondencia para el amor, el dinero, las riendas de una raza, los logros y los objetos materiales, el porvenir de una prueba; los proyecciones económicas o de desarrollo respecto de un tema, entonces no habría necesidad ninguna de librar una lucha real y verdadera por ellas a cada momento, cada día.

Conveniencia, belleza, satisfacción, comodidad, molicie, vanidad, es casi todo lo que está detrás de pensar que poseer algo bonito era nuestro destino, pues lo hace más beato tenerlo. Pensar que haber perdido una lucha era nuestro destino nos hace resignarnos más fácil a la derrota. Nos hace adaptarnos a la mediocridad del conformismo estéril de aceptar sin vacilamientos que éste ha de haber sido mi destino, o como lo traducen los religiosos “la voluntad de Dios.”

¿Qué a estos hermanos nadie les ha dicho nunca que, si pueden afirmar aquellas palabras, creerlas y aceptarlas; es y ha sido únicamente porque han querido hacerlo?

La precisa voluntad de los que Le creen, que decidieron someterse a la de otro; sea su padre, su hermano, su profesor… O su Dios.

Desde luego, los principios bíblicos y testimonios cristianos dan bastas razones de que Dios es bueno, que ve y escudriña nuestros corazones, los de aquellos que son los nuestros y los de todos los demás; que es Creador de todas las cosas, por tanto es hacedor de Milagros y que, tiene formas; mejores que las nuestras, de averiguar cómo; positiva o negativamente va a resultar algo. Así, por supuesto que hasta yo me encomendaría a semejante poder divino. 

Pero ha sido mi voluntad, hacer la voluntad de Dios. Responder con un sí a esa vida cristiana. El libre albedrío concedido al hombre y que le pertenece a éste no se ve limitado, custodiado, frustrado ni infringido para cumplir la voluntad de Dios. 

Aun así si los clérigos de abominable perversidad tengan la inmunda tarea de perpetrar el temor y la culpa de hacer creer de inmorales a quienes incluso asomen pensar diferente. A los que consientan la bondad de Dios talves, pero difieran de a lo que ellos llamarían una vida de obediencia. A ningun hombre religioso aun, ni a nadie nunca podrá debérsele obediencia y abnegación tan sólo porque sí. Tan sólo valiéndose de la Autoridad del Cielo para jactarse de la naturaleza sanguínea pecadora de cualquier mortal que no haya querido ni haya consentido su oscuro monasterio. Cuyo mismo ministerio es a la clara, empañar y retorcer la verdad. No he podido hayar más perversidad ni aun en la mirada de una leona hambrienta. 

El destino, no es más que la historia, el Árbol de la vida, de lo que pudo haber sido y no fue gracias al miedo y a la intervención del fantasma de la moralidad. Esa que es una de las prostitutas de los frailes, curas y presbíteros. Con la que fornifican y se llevarán a la cama con la Biblia reposando en la mesita de noche silenciosa y a quien no conocerán en la mañana siguiente. Y a luz del día tomaran la carne y la vestirán de moralidad y le señalarán como la responsable de su viles crímenes humanos y bajezas espirituales.

El miedo es el método de esclavitud de la iglesia. Y mediante siglos las víctimas han demostrado responder al temor de arder en un infierno  ofrecido  como escarmiento y manipulación. Yo siempre pensé, que la tarea, misión de Pedro era librarnos a todos de tal  destino.

Lo cierto es simplemente que ni a Buda, ni a Pedro, ni a Jesús, ni a ninguno de sus monjas y curas y pastores metódicos les corresponde otorgar ese final, ni tienen poder para librarnos de él tampoco a ninguno de los mortales.

Son maestros, fueron maestros de los mejores sin duda, líderes de los más seguidos, es un hecho. Y como tal su misión es simple, no Salvar al Mundo, sino únicamente, mostrar el camino. 

Mostrar la senda. No hay por qué endiosarlos, Dios disciplina severamente a los hombres que tengan ataques de ego, y sin lugar a duda Jesus nunca fue un religioso. Pero es válido endiosar al que amamos, a nuestros padres, al niño que parece una niña, no importa, porque canta bonito, al que a pesar de recibir escarmiento desde niño por idolatría, idolatran los orientales. Y haciéndolo nos sentimos parte de lo que endiosamos y entonces difícilmente nadie que se nos una, nos juzgará sino que muchos otros más probablemente nos seguirán para sentirse parte de lo que admiramos vanamente y seremos un grupo bastante grande y los bastante fuerte, para condenar, juzgar, culpar y conquistar al resto.

Siglos y siglos pasan y la gente sigue endiosando, a uno que nació en un pesebre. Lo excelsan pero no le aman. Le predican, pero no lo conocen. Se quieren parecer a él, pero no se conocen a sí mismos. El tiempo que Jesús exaltaba a su Dios era ese preciso momento que abría la boca y daba un paso: su vida era su alabanza, su actos eran su devoción al Padre. No pasaba tiempo en el espejo maquillándose y abotanándose un saco para ir a la iglesia a que otros lo vieran bien puesto; sino que se sentaba junto con los fariseos que injuriaban a Su padre, cenaba y comía con las prostitutas, amaba a los pecadores, daba de su propia vida a los que mendigaban limosnas.

Pero las dos horas pasan, en un salón, repitiéndole a la gente lo que tiene que hacer; haciéndose cada vez más expertos o más lentos en otros casos, en cómo decirle a la gente lo que hay que hacer, hasta que por fin nadie se de cuenta, de que cada vez se hace menos. Y si alguien hace, es todo un evento, y preparan un día entero, sólo porque alguien hizo;” y no has hecho nada en estos tiempos, si no lo publicas y todo el mundo se entera. Se ha convertido en una sensación; no el ser cristianos, sino la búsqueda de la reverencia de los demás, porque lo somos. Y ésto merece toda una ceremonia. No importa que los otros no sepan o no entiendan  que somos mejores,”  por ello; en el versículo tal del libro de Juan, del capitulo aquel dice que  los del mundo, son ustedes.

Me intereso sobremanera, sobre el aspecto, o sobre las circunstancias que hicieron que una persona se congregara. Hay personas que después de intentar lograr un  destino  y fracasan, recurren a la biblia porque la biblia sin aun saber qué es, ni para qué sirveles dirá cómo. Y aunque reconozco que es cierto que la biblia lo hará, según sus propios preceptos; ésta no debiese ser la motivación principal.

La primero es que la biblia, lo que hará será enseñarle por las buenas o por las malas, lo que otros, incluyendo no creyentes, personas a las que llamamos  impios  han sabido y han podido hacer sin haberla leído jamás. Para usted los  impios  los prosperará el diablo, sólo porque a usted, lo que sabe se lo enseñó la biblia, pero no. Hay que tener la madurez suficiente para reconocer que, éstas personas con un trayectoria prominente que no fueron cristianos le pueden dar cátedras largas a cualesquiera de nosotros respecto de temas de los que tenemos una profunda ignorancia. Nuestra ceguera espiritual es tan severa que no alcanzamos a ver, que esta misma sabiduría ya tenía fundamentos bíblicos, si se molestaran en saber de otras cosas; y que la mayoría de las formas de pensar de la lógica formal y material, guardando el debido margen; no se contraponen aunque difieran, se integran entre sí y que la verdad es absolutamente relativa. La misma relativa relación que hay entre la gravedad, el electromagnetismo y sus interacciones fuertes o débiles.

Yéndonos fuera de las conjeturas religiosas que tanto daño y divisiones provocan, ¿eran tan diferentes Jesús de Nazareth, Da Vinci o Newton? Claro, uno de ellos resucitó, pero me refiero al plano carnal exclusivamente.

¡Cuántas adversidades no tuvieron éstos hombres tan sólo para alcanzar su “destino”!
...¿Qué otra cosa podían haber hecho?
¿Fue ese su propósito al nacer?

De repente, casi nadie creía en ellos… Da Vinci fue hijo de uno que no reparaba en mujer para la cama y se tuvo que pelear la herencia con más de 9 hermanos. ¿Me podrían decir cuánto vale su riqueza?

¿Acaso su “destino” era padecer, luchar; aun a pesar de ser infinitamente rico, más allá de las monedas, pero sí por el mérito y el respeto colectivo de una masa de inconstante, seducida más por las pasiones y la vanidad que por el sentido común?

Alguien le robó una vez, el ejemplar de sus estudios donde exponía la posibilidad para el hombre de volar basándose en el sistema de vuelo de las aves. “No le servirá de nada” le dijo, “está construido para mí, para mi peso, mi estatura, mi cuerpo”… Y éste ladrón tenía dinero para comprar cualquier cosa que se le antojase, pero roba aquello que sabe no tiene cómo construir ni cómo proveerse a sí mismo, no un cuaderno y unos dibujos; el visionario.

¿Sería igual al revés? Da Vinci no resistió más de lo necesario por algo que sabe que nadie le puede robar. Como en una ocasión también le dijo Jesús a Pilato sobre su reino, su mision.

Su pensamiento, la naturaleza de su genio siempre le seguirían a donde vaya. Su talento como genio del renacimiento no se disminuiría un sólo pedazo. 

Toda la hambre de expansión de su mente no se limitaría ni podía Florencia ni con toda su realeza, contener a un grande en esa su cuna del arte. 

Ni pudo todo Israel contener al nazareno.

La persecución ha sido la mayor, la más real compañía de los grandes hombres. Y sus amantes, la soledad. No veo otra razón por la que sólo los mediocres juegan a hacerse las víctimas.

Culpan y señalan o apuntan al primero que haya estado más frágil de su mediocridad, se hincan de rodillas ante el primer asomo de rechazo. Clamando  justicia. 

¿Qué podrían esos acaso poseer que otro codiciara...? 

Pues al menos entonces, deberán intentar vivir como si el mundo en verdad anhelara algo de lo que sea que ellos tengan y quiera quitárselos. No sería la melancolía así, ¿la manera más feliz de hacer creer que se vivió? Y el sufrimiento aunque sea injustificado, ¿lo que daría "valor" a su vacía existencia?El albergue de sueños truncados. El buzón de quejas de los roedores. Carga el fogón de los "privilegiados".

Le dicen dones. Y dicen de los dones que, son para ponerlos a funcionar como si fueran una mata de manzanas o de uvas o algo así... Que hay que poner a parir muchos ramilletes. No, tener la uva; por ejemplo y comérsela la única. Y menos, dejarla secar, hasta que ni se pueda ni comer ni sembrar.

Dicen, que si no se hace de este modo, desaparecerán. Al dueño de la uva se la arrebatarán porque no sería justo que se desperdiciara. Que te pedirán cuentas de qué hiciste con semejante cosa… ¿Mejorarla?, ¿Preservarla haciendo que se multiplique?, ¿Dejándola perder?

Dicen que la razón por la que alguien le toca la uva y a otros no, es porque ese primero es el encargado de hacer llegar ese fruto a aquel que no lo posee. O aquel que lo necesita para hacer el vino. Para aquel que puede producirlo, para aquel otro que puede venderlo... Y así todos contribuyen con un fin que empieza con aquel primero que ofreció su única uva hasta que pudiera extenderse y compartirse hasta muchos. Y debo reconocer que hay mucho placer en dar, enseñar, compartir. Saber a la larga, o a la corta que tenemos un granito de mérito en la bendición, en el porvenir, en el desarrollo de otro. A veces, claro dependiendo del corazón, es como si fuera el de uno mismo.

Pero ¿qué ganará ese primer corazón, quien, tiene prácticamente el trabajo más importante... y más costoso? ¿Quiere decir que es una clase de maldición tener esta uva?  Que, además de que es tuya, no tienes por eso derecho a comértela como sería lógico ya que tú eres el dueño. Si la gran multitud de los que les falta aun la ramita que sostiene el fruto, te viera mordiéndola; sus ojos y sus dedos te señalarían como un despreciable, mezquino y despiadado. Por comerte la uva. Por comer Tu uva.

Será entonces que NO es para nada especial, ni Da Vinci, ni Mozart, ni menos Einstein. Sino que son los siervos que, tuvieron que sacrificar toda su vida, su vida completa, para no usar su genio en su casa, en sus cuadros para colgar sus paredes, para no ir viajando por el mundo entero gracias a su propia capacidad y tener que deslumbrar a los que tienen ojos. Se quedarán sin buscar mujer a la que no haya que explicarle el precio de "su gran pasión", y permanecer juntos. 

Es un sueño iluso, frívolo ingenuo creer que alguien que sepa dibujar pinte para obreros, o a una dama de limpieza le dedique sus cuadros, que un genio de la pintura lo haga tan pero tan conmovedoramente bien, que los regale.  ¡Qué cosa más mezquina y tonta de un ser humano con tanto talento!

No son los seres de inimaginable privilegio, ni mucho menos. Que pudieron haber sido tan sólo ciudadanos comunes de Irlanda y Florencia. Que tan sólo pudieron haberse visto en el espejo, omitir los recuerdos de comentarios como "retardados" o como "anormales" que la misma multitud ingrata para los que habieron de trabajar, y para quienes por el módico precio de nada le habrán dado su toda vida, su pasión, privándose del capricho; sin que muchos, de hecho la gran mayoría de ellos sepa, ni su nombre. Podían simplemente olvidar las tantas veces que habrán arrojado al piso despiadadamente a su ego llamándolos locos, temperamentales, haciéndoles llevar vidas arrastradas en soledad, más llena de infelicidad que de satisfacción, sin ser aceptados a no ser en los casos que fuera obligatorio hacerlo como con Alexander y Napoleón. Y plantarse a decirse en ese espejo: "Contrario a la carga de niños y maestros en mi marcada juventud o niñez, contrario, a que nunca hasta mis últimos días he sido comprendido: Soy un genio, yo lo sé. Tengo la forma de darle uvas a cualquiera, tantas, que no podría contar las generaciones que estarían probando de ellas. No soy espiritual, ni religioso y que Dios exista o no exista, no es hecho que a mí me toque demostrar, si existe a Él que se muestre a cada cual, sino, que tome mis zapatos. Yo sé cuál  es mi verdad, de la que no necesito, ni quiero, convencer a nadie y es la única que necesito para vivir."


Y sonrientes... Alcanzarán gozarse del sabor agridulce de su fruto, suyo. No habrán de ir detrás del dinero como las ratas, de la plata ellos se ríen. No quieren más que la suficiente para acuarela, pan y vino... Y costear uno que otro de sus inventos y uno que otro ensayo, o sus ideas... Son felices con sus modales, su intelecto floreciente e inmortal, lo saben. Saben que eso es lo que casi no tiene nadie, y que vino a crecer sin saber porqué en su frente, y que esos nadies sólo podrán apenas a morirse en el aplauso o en la aberración.

Se saben diferentes y pueden con suficientes argumentos, pisotear la paradigmática idea de esplendor tan manchado de orgullo, de la sociedad.

Ay pero, el alma de esos es tan simple y tan fascinante... Ay mi loco Bounarotti quien buscó en la piedra y el marfil fundir el cuerpo y el alma, Nietzsche y su ondeante bandera blanca, sin mancha, del origen del mal incluso el de él mismo; cuestionando la de cualquiera. Dónde hay más héroe que Julio César, Trajano, el corazón de Luther, Dante, el doctor Aristóteles, Nash, el muerto vivo Guevara.

El trabajo o la posición más común la realizarían como si fuera idealizada desde antes de empezarla.

Si tan sólo no fuera, que no saben, ni desean trabajar para nadie que NO sea para su ideal. Traspasa muros de oficina. Ocupa millares de pila de papeles que el dueño de la empresa soñando no pudiera alcanzar a suponer y que archivan en su mente y corazón.

No son subalternos de nadie. Aunque puedan acompañarse de una que otra compañía; si es que saben entenderlos, o si es que se dejen ser entendidos; o si los demás son lo suficiente lucidos, para advertir cuándo dejarlos en paz.

No necesitan manos otras que las propias. No es ego exagerado, es exactamente todo lo contrario. Este no es el caso. Ni menos asunto de autosuficiencia, ni de prepotencia, aun cuando muchos, casi siempre lo sean. 

Saben y el mundo ignora que no tiene a su alcance, nada que pudiera llenarlos. Alexandros lo sabría si no hubiera muerto. El mundo lo ignora pero ellos saben, que no tiene a su alcance nada que pueda detenerlos.

Sólo es su parada, donde ellos digan que quieren llegar, cuando sientan que quieran parar. Si algo los detiene sólo seria algo, que decididamente, está fuera de este mundo.

El amor, el amor es fatal. Y siempre viene de a excesos. O son excesivamente amados o aman demasiado al exceso de su idilio de compañero(a) o, el único exceso es el de la ausencia y tan sólo no aman a nadie perecederamente. Excepto casos tan extraños como ver dos estrellas fugaces en una misma noche, que encuentran la suya y parte de su uva sea también su mujer.

Hubieran vivido felices con un pedazo de su gloria, a los que la tuvieron en vida, y los que no; no hubieran querido conocer más de la que en un rincón de una montaña, de verde gramina, en la orilla de un río junto al bosque. En una cabaña cerca de la playa... Les sobraría.

Ven en la belleza, la eternidad y nivel más absoluto de intelectualidad. Eso les mata cualquier atisbo de avaricia.

No se apresuran por crecer, ser viejos, ni se esfuerzan por preservarse, ser jóvenes.
Cualquiera los podría halagar, notar que son brillantes pero no se lo toman nunca demasiado en serio.

Hubieran sentido que hubieran sido brillantes, tan sólo si hubieran hecho algo brillante con toda la curiosidad de su interior. Y aunque los libros se llenan contando que eso hicieron y eso fueron, a ellos nunca les parece suficiente.

Este tampoco es el caso: que el mundo levante la mirada, los mire y se cieguen talvez. Eso, hacerlo sólo por eso, los haría sentir demasiado inferiores, comunes. Y eso es todo lo que no son.

Algún vecino, que sabía que era un viejo "imposible" si alguna cosa no la hicieran o se la respetaran como exigía, la muchacha del mercado de la esquina que le ponía la leche y el pan en una funda, talvez un compañero de estudios, un amor, algún maestro que hayan tenido, que los haya conocido, les hubiera recordado como aquel que fue exquisito, sin querer admitirlo, o siendo muy sinceros consigo mismos, ese del que hubieran querido estar siempre cerca si hubieran sabido cómo resistir a su lado o cómo hacerle para que ellos se quedaran... 

O tan sólo como el hombre aquel de la casa No. 12 solitario, extraño, que salía poco y si salía duraba mucho; a quien todos veían, saludaban, pero no familiarizaban y que de vez en cuando talvez una que otra mascota les hacia compañía o de algún ayudante para sus quehaceres. No hubieran sido dueños de nada, jefes de nadie, ni alcaldes, ni secretarios, ni gobernadores.

Simples hombres, con vidas simples. Nada que pudiéramos encontrar en las memorias de ninguna civilización o sociedad, ni en las páginas de ninguna historia. Tan sólo observadores. Nunca espectadores.

De hecho hubieran preferido, no leer ninguna pagina, ni ninguna historia, les parecerá tan esperanzadora y tan deprimente y sería tanta su triste indignación, e ilusión, que preferirán estar lo más lejos del lugar de donde éstos hechos suceden y se escriben.

¿Para qué escribir, nada?, ¿Contar nada? Lejos con su uva, y con quien les acompañe vivirán mejores historias. Pues, ¿no es eso lo que haría cualquiera, si fuera tan rico como Monet si él hoy resucitara en medio de estos días? Talves pintara, y se lamentara más de que quien más dinero tiene para comprar su arte, no puede siquiera con su dinero hacer arte con su vida... Y le diría: ¡Qué puedes regalarme o darme tú o nadie, con su oro a cambio de nada! ¡O menos a cambio de mi luminoso lienzo! ¿Crees que le puedes poner precio? Y recordaría a Barret y le repetiría lo que él ya sabe pero que Barret proclamó: 

"Oro, dinero... Suprimid todo el oro de este mundo y ¿Habrá disminuido en un átomo vuestra verdadera riqueza?

Le desconcertaría escuchar semejante respuesta. No le hayaría la sociedad explicación, tan sólo porque su compartimiento y el de sus generaciones viene condicionado a "tomar todo cuanto puedas", no tiene tampoco con qué razonar otra cosa que no sea lo común, lo común es lo normal, lo normal es la dependencia del mundo a su mundo. Depender de todas las cosas, valer según todas éstas cosas.

... Si fueran otros tiempos donde la muerte vivía....

Benavente se lamentaría de que en verdad hemos sido unos necios.

Saulo de Tarzo escribiría cientos de cartas llenas de lágrimas. La primera sería al papa. Omitiendo el "sumo pontífice," "sumo sacerdote," "santo padre", él sabe bien que la carta no la va a enviar al cielo. Y para escribir esa, no le bastarían, ninguno de los látigos que tiene. Habría que, concederle uno nuevo, uno aun más fuerte que los ya conocidos para su lengua. Saludaría como Tarzo y firmaría como Pablo.

Al ver que Sarkosy lo ha traicionado, la herida en su corazón lo acribillaria y Napoleón con su temperamento moriría de nuevo del disgusto, o de aborrecer tanto y más que nunca a Rusia y a los Estados Unidos de América y su pleito eterno y a ésa deshumanización que ellos llaman globalización que en vano él intentara detener con su artillería.

Duarte emitiera nuevos billetes, y destruiría hasta el último peso donde quedara dibujado su busto. Peso con el que, ni aun siquiera con todos juntos, nos alcanza para pagar nuestra libertad comercial e industrial que no cruza la frontera, que queriendo ser burgueses le hemos vendido por espejos a otras potencias junto con el país, y del que él pagó con su sangre para dárnoslo.

Después, rogaría a cualquier país; recibir la lista de exiliados que él mismo enviaría personalmente a sacar de aquí. Encabezada por Fernández.

Abrazaría y besaría la lápida de Manolo, de Caamaño, y la de Bosch llamándoles "hermanos míos", después de llevar su peón de la justicia hasta el tablero de éstos burgueses dominicanos importadores de aristocracia y demagogia; pediría que se le sean entregadas esas tres fichas irrepetibles de nuevo.

La lucha es de no acabar. Agotadora y justa. Estos conseguirán mover barreras, pero se pondrán otras, y algunas siempre permanecerán. Marcarán la diferencia, pero no es la lucha lo que se debe alentar. No es la revolución lo que nos hace falta.

Al morir ya seguramente de viejo; el que vivía en la casa No. 12 será encontrado días después por algún curioso que lo echaba de menos en sus caminatas de las 7. Entrarán a su casa, y verán su tesoro, sea cual sea su pasión, su genio, su locura, entenderán que todo su mundo estaba en ese cuarto en esa esquina en un rincón y que la mayor riqueza estaba dentro de él, y que esa nunca nadie ni siquiera muerto, ni con luchas le podrán arrebatar. O talves muera dormido, o cuando salió un día y nunca regresó... O si era muy afortunado morirá de viejo, unos 15 días después de fallecer su mujer... Una vida triste.

Pero es la de un genio que no sembró su uva en otro lugar que no fuera su pecho, que la conservo para sí, porque era su tesoro, nada más quería. No la cambiaría, era su única razón de lucha, pero nada se la arrebataría, lo sabía y sólo con ella era feliz. Una vida poco digna de escribirse... 

La de los que sí se escribió, la de los que le llaman "privilegiados", "afortunados de la ciencia", " de los que se hacen estatuas, calles con sus nombres, edificios e instituciones en su honor... La de esos que le llaman "grandes hombres" y "genios", "padres" de tal cual o cual cosa. No fueron nada ni especiales ni felices, ni privilegiados durante su vida. Aquella cosa, llamada su intelecto, que ahora quieren y osan otros humanos menos afortunados en querer medir con números, su genio, su uva, su fruto... No les pertenecía, eran como vasijas portadoras de un líquido preciado, selectísimo que no puedes conseguir si quiera, estando cerca de ellos. Mientras más grande la uva, peor; van chocando con casi todo el mundo, con la famlía, con la escuela, es como ver un gigante gorilla o un dragón, un unicornio en este mismo momento. Él no tiene derecho de ser simplemente un ser vivo que viva en paz sin molestar a nadie en su hábitat. Si es visto, debe ser molestado, violentado, explotado, forzado a ser objeto de toda la sociedad, debe ser exprimido de su propia individualidad.

No puede darse el lujo de ser tan sólo un genio, debe tomar su genio y sacrificar aun la parte que pueda querer para sí de la uva, para ofrecerla por los más necesitados, por el futuro de la humanidad, porque es necesario que si tengo éste o tal don deba ponerlo al servicio de todos, aun cuando personas que compran una lámpara y no saben lo que significa Edison tampoco te corregirán diciéndote, no, será ¿quién?  

Sin son escultores, arquitectos o pintores, no pueden diseñar o dibujar para la mujer y el hombre sencillo, ni para sí mismos, debe cual naranja exprimir toda la belleza de su genio y su alma, materializarla para darla a todos. No están supuestos a recibir nada por ello a no ser que la muerte los embista. Y lo reciba el nombre del muerto. No es tan supuestos a ser reconocidos por algo más que sus nombres a no ser que ya no puedan responder a ese.

Son los que le ha tocado ser los dueños de la uva, y al mismo tiempo no ser dueños de nada. El mundo no perdonaría al viejo de la casa 12 si supiera que pudo haber sido más grande que Beethoven y sus grandiosas sinfonías. Lo condenarían de ser un fracaso y un perdedor; otros le dirían hasta egoísta, si supieran que pudo haber inventado una vacuna antes de Pasteur y que mejor prefirió tener un hogar una vida de paz, días de felicidad, una mujer a la que amar, mañanas de sol caliente y noches de Luna a los que dedicarles sus días y a éstos darle su uva.
Total, ya Louis venía en camino.

Pienso que, la diferencia entre un desconocido genio de éstos a uno de los de la historia y la humanidad venera, es una decisión. No el juicio que la mente emita de decir quién lo fue por lo que le hayan dejado.
La uva, no se ha dado a los hombres para un grupo de dos ni tres, sino para multitudes, en sacrificio de una vida que es la que la lleve. Pues cualquiera diría, "a mí me parece bien el trueque."
Los demás que se quedan siendo los más brutos, los que sus quejas lo hacen más incompetentes, los demás que son unos cobardes, los que no saben aun ni definir su vida, los mediocres cegados de las vanidades, de la vida mundana; son los beneficiados. A los que se les hace fácil no esforzarse porque no tienen la virtud que lleva ese nombre. A los que se les perdona que se les tenga que dársele y buscársele todo, porque no tienen la capacidad de advertir oportunidades.

El fruto de la uva en un sembradío es para el que no sabe de letras ni de ciencia, ni de normas, que sólo sabe de tomar ventaja, pedir, mendigar, quejar, que todo se les sea servido y listo.

Éstos, son a los que siempre les son cumplidos sus deseos a base y esfuerzo de éstos genios o personas bondadosas que no puedieron tener la vida despreocupada que a éstos ni mover un dedo les cuesta.

Aun cuando la vida de Bounarotti, no como la de cualquier otro genio no haya directamente aportado mucho a las de otros, igual su vida sí es condenada, al delirio, a la deriva, su corazón viene, junto con la uva, con una sensibilidad que los hace diferentes, que les impide no sufrir la necedad de otros, sin mirarlos con lástima. La frivolidad del alma de los que sólo tienen un hueco ahí donde esta va. Que no los deja, no poder derramar gota a gota la suya propia.

A estos genios, que más bien son los siervos de la humanidad. Los tenemos como astros de la tierra, porque de su luz, nada los despoja.

Pero también por nuestra costumbre muy antigua, de lanzarle al menos monedas, a quienes, sabemos, le deberíamos de haber dado sacos de oro o al menos el respeto merecido. Pero la "limosna de las dos monedas", de las estatuas, de los monumentos, es porque (con sus excepciones) no pidieron nunca nada de eso, y aun así, nosotros somos tan "buenos" que le damos el mérito de recordarlos, de alzar sus aportes y su destreza...

Le damos esas "monedas" que evitarán que nos sintamos demasiado culpables, no por no ser iguales a ellos, sino por no esforzarnos, ni aun siquiera la mitad de lo que éstos se dedicaron; no a sembrar luchas y ni guerrillas, sino a buscar dentro de sí razones sencillas pero de cuánto de peso, cuán densas para dar a entender que somos superiores a la ambición que la carne nos reclame.

Se dedicaron a probar, por ley de gravedad como única fuerza, que no habrá hombre que pueda comprar una onza de su genio.  Que no hay riqueza, ni tal monto de dinero, por el que valga que billones de litro de sangre se derramen.

Le damos tanto, pero tanto mérito, honra y honor, para sentirnos que tenemos algo de honor nosotros mismos por hacer el "bien" de reconocer el de ellos. Así no sentirnos como si fuéramos otra especie distinta de una que aun con poder miraba su ideal. Nosotros que osamos preguntar si eso no está a la venta para comprarlo.

Que se esforzó con nada, por demostrar a los que su corazón les grita que lo quieren todo, y demostrado quedó; que el poder corroe, y que ni la plata, ni el oro convierten a nadie ni en genio ni en héroe. 

¡Que viva el Che!
¿O que viva el deseo de libertad del pueblo y el semblante del justo corrija enojado festín descarrilador del imperialismo hambriento?, ¿Que no se descolore, la foto del Che?, ¿O la estampa en tu corazón de dignidad ningún soborno, ni la subasta de ningún cargo la pueda corroer?

¿Jesucristo es el camino, es la verdad y la vida?
¡O, endereza tu camino y escoge una dirección que vaya hacia lo alto!
Olvidémonos de que la religión puede hacer ningún milagro, ni ningún cambio.
Ni maderas ni estatuas ni santos ni crucifijos son más camino que una calle sin salida.

Conoce tu carga. 
Entiéndela para poder desarmarla. Y transfórmala en bendición. Moisés no hubiese cruzado si su vara no hubiera tocado el suelo. 

No hay montaña más grande que el tamaño de tu voluntad.

¿Qué es lo que amas hacer?

¿Cuánto placer te da lo que haces?

¿Qué cosas encienden tu mirada?

¿Cuál es la obra por la que darías la vida por verla hecha? ¿Has puesto dirección a tus fuerzas?

¿Quién dirige tu vida? ¿Te dirige un libro?
Dirección y guía no son la misma cosa.

¿Cuál es la dirección en que has puesto tú, tu esperanza? ¿En lo que ves que eres ahora? ¿O en lo que no ve y tienes fe que serás?

Desdibuja las teorías. 
Todo es arriesgado.

Aquí les dejo ésta obra de Monet. Es mi favorita. Como auroras boreales de la naturaleza hechas en lienzo y acuarelas de luz.

Ya ven, todo es posible. 

Inspírate. Desata la verdad que hay dentro de ti, persíguela, y despídete del  miedo que te persigue.

Diseña y pinta tus propios pasos a mano alzada como un pintor.
Y ama como un Dios.


Paseo con Sombrilla - Claude Monet